miércoles, 28 de agosto de 2013

Transtornos...


Trastornos...


   Volviste y antes de llegar ya te estaban esperando grandes multitudes y gentío a la entrada de tú colosal aparición como el héroe que conquistó a base de sangrientas mutilaciones las cabezas de aquellos enemigos que estaban contra los intereses de aquella patria ensalzada gracias a las conquistas virulentas de poder. Hacían de ti esa marioneta sin escrúpulos perfecta y domesticada en el arte de mutilar a todo aquello que discernía de sus intereses. No querías ni tampoco te interesaba ver como toda aquella algarabía exaltada hacían de apogeo para los que reinaban contagiados por la avaricia de tener tanto vidas como más territorios a sus pies que capacidades para alcanzarlos, sumiendo a pueblos enteros a diezmos que llenan esas arcas con el oro que nunca podrían gastar ni terminando sus largos periodos. Ahí estás, ensalzado, vitoreado, llevado a la cumbre de los más grandes honores desde la cual esa historia que te sucederá juzgará tus proezas descalabradas a expensas de tus creencias más exacerbadas. Paso el tiempo e incluso desde anteriores y antiguos sucesos de la humanidad en la búsqueda por permanecer en la memoria general dentro del almanaque constante de los mecanismos universales, se va grabando un surco sangriento en la roca como un vinilo arañado que salta constantemente incidiendo en la misma grieta sin inicio ni final de un suceso tan interminable como destructivo cuando la codicia aparece en el juego de acaparar la posibilidad de tener más que los demás... y repetimos... 2000 años después, en pleno apogeo evolutivo donde aún los hechos cargados de violencia marcan la diferencia entre tener o no poder, siendo esto una mera quimera ante las verdaderas intenciones escondidas en un espejo de números variables anclados sobre nuestro desarrollo como una posible producción hipotética dentro de sus tablas valores: Dígitos, individuos, muertes...

   Los guerreros de esta época campan sobre su terreno virtual en una mutilación por desgaste donde los tributos requeridos son agasajados directamente desde el interior de nuestros bolsillos como aquellos diezmos solapados entre complejos intereses ficticios que hacen de la necesidad una esclavitud impuesta camuflada a su beneficio dando como consecuencia directa nuestro detrimento.

“Necesitas menos de lo que compras, comes más de lo que gastas; lo útil, justo y necesario no es catalogado como suficiente y precia;, lo que se desecha es lo valioso pues siempre tendrás que volver a comprarlo...”

   Volviste y antes de llegar ya te estaban esperando como el gran héroe que amasó un suculento capital a costa de camuflar paquetes económicos contaminados con tan letales resultados como un hecho sucedido en la antigüedad llamado Caballo de Troya, contenido con tropas griegas camufladas en su interior que consiguieron conquistar las murallas impenetrables del capital. Fuiste adiestrado sin escrúpulos en el arte de acumular, fomentando que otros lo perdieran o que ni siquiera tuvieran opciones de poderlo tocar, arrebatando sus pertenencias por llegar a una cumbre holográfica de un techo para una vida finita de la que solo unos pocos pueden disfrutar. Ahí estás ensalzado en tu pedestal de poder sin querer saberlo ni quererlo ver, mientras la cuenta que engorda en tus paraísos fiscales se transforman en las gotas de sufrimiento que millones de almas surten desde el otro lado de tú burbuja, como un hecho inconcebible para tu presunción de saber lo que realmente es. La historia que te precederá dejará que tus hechos juzguen lo abominable que resultan esos actos como ahora juzgamos los que pasaron en nuestra antigüedad. El disco salta una vez más sobre los surcos de piedra, repitiendo el mismo estribillo de una canción siniestra que sangra en cada nota con el delirio de unos pocos, como el ansia incontenible de poder tan deseado en el hecho de prevalecer por siempre en algún hueco de la historia.
   Espero que el tiempo que se suceda en nuestra posteridad le ponga nombre a ésta enfermedad y con ello seamos capaces de interponer una cura a la irracional locura que nos hace pasar de humanos a monstruos de una barbarie deseante por engrandecer sus egos, devastando tanto la tierra como las vidas pertenecientes a ella.

Zoca...Acontecimientos...


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