...Mordiendo las lenguas que depositan frases que nunca cuentas...

...Mordiendo las lenguas que depositan frases que nunca cuentas...
Estaban esperando entre las sombras los aliados de ese germen que acecha para señalarte cuando te equivocas, y lo hiciste... No pudiste dejar de ser ese animal que yerra más por humano que por pereza,
¿y quien nos juzga?
Será una divinidad que ni excreta, ni come, ni hace sexo por naturaleza, pues sino intuyo que a escondidas estará cagando en retretes haciendo el dinero que humildemente luego nos cobran.
No lo entiendo...
Poner normas que ellos se saltan, o algo se me escapa o soy lacayo de sus trampas, ¿serán las máquinas ese paso evolutivo del que se jactan?
Aquí célula a célula, en una mediática parcela compacta de organismos que trabajan intercambiando energía en la fragua perfecta de nuestras fábricas, ningún elemento está en crisis, no hay paro pues quien se para muere o se repara, el objetivo es claro y primordial para todos haciendo que siga funcionando ese equilibrio general del cuerpo como máquina, no se especula con el número de pulsaciones o con la algoritmia productiva de embriones, y funciona...
Los parásitos de la sociedad hacen de nosotros esos seres despreciables atentos a superficialidades tan sumisos como manipulables a sus intereses, sutiles intereses, que cuando los percibes, mutan y se convierten.
Ya no existen apenas lugares en los que apartarte de esos lazos que te invaden, saben que eres débil, que tu mente se distrae, que tu corazón te traiciona, saben que tu materia es gelatina sensible a los cambios que nos inoportunan, lo tienen tan estudiado, que pensar cuanto estas a salvo es un pesado cálculo lleno de imprudencias. Sólo queda algo claro, algo con lo que nos juegan, se feliz aunque veas el color de la soga que te aprieta, Únete a los brazos que soporten las lágrimas de tus impurezas, ríe pues es un arma lleno de castigo para aquellos que aún con poder no sueñan...
Zoca...al filo...