Ciudad sin luz.
Desaliento y sofoco
correr hacia ninguna dirección
perdidos entre
retales de nosotros mismos,
en un corta y pega caótico.
Mientras, el circulo
se cierra,
entre sus dos extremos,
toda la vida,
la cuerda floja de la
casualidad.
¿Cuándo aparecieron
tantos nudos?
El límite, se rompe,
las barreras más
altas,
las reglas más
severas,
una encrucijada a
cada paso,
la lucha en cada
esquina,
y el sofá frente a la
televisión
siempre en vigilia.
Zombis deglutiendo el
progreso,
masas de gentío sin
razón,
con sus fauces
abiertas devorando,
una religión de
tarjetas y consumo.
Adoramos el trabajo
sin sentido,
rebajando dignidad
por responsabilidad,
aturdiendo alma y
neuronas,
frente a directrices
poco humanas.
El círculo se pliega
lentamente,
mientras la cuerda
anudada se resquebraja,
hasta tener frente a
frente
la cara contra el
culo.
Písenos un poco más,
¡por favor!
todavía no vemos el
barro con suficiente claridad.
Un crédito más
avalando nuestra ruina,
una sinagoga en el
cielo de las cuentas corrientes,
quizás en otra vida
tengamos más suerte,
quizás en otro lugar,
quizás cuando halla
tiempo,
quizás cuando las
facturas vaticinen su fecha,
pronosticadas cuan
Nostradamus,
desenlazando el
quebranto de todas las cuerdas,
que nos unen al mundo
moderno.
By. Zock
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