"Lobo 2.
Ella intuyo que su fiera la andaba buscando, la tensión en sus muslos se exacerbo hasta el punto de perder el control de sus movimientos, temblaban, se agitaban, se enroscaban en el sudor por el temor de un placer desmedido. Su luna estaba en el horizonte más claro, los ojos del amante lobo, hipnotizado, sediento del sabor de una piel desesperada le hacia perder la noción de sus instintos más básicos que lo transformaban.
De repente un grito a la inmensidad del bosque provoca en el cielo una desbandada de aves como si fuera una nube pronosticando tormenta, los fantasmas que estaban encerrados dentro de sus tumbas se retorcieron rompiendo sus etéreas ropas al darse cuenta de que su tiempo quedó acabado y descompuesto.
Nunca otra vida sintió un clamor tan fuerte en sus entrañas, pulsaciones desbocadas fuera de los ritmos naturales y sobre el fervor exaltado de un corazón moribundo lastimado.
En el reflejo,
sobre el incienso,
languideciendo bajo su luz,
en la probeta del cóctel de naufragios,
sus colmillos asomaban sus filos blancos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario