"Lobo3
La luz intermitente reflejada en la ventana provenía de las ascuas de una vieja chimenea, estas hacían que su cuerpo pareciera haber recibido un baño de líquido dorado cubriéndola como si fuera un vestido de seda fabricado exclusivamente para ella. Las cortinas asomaban su velo insinuando una clara entrada por la que poder interrumpir tan plácida calma. Su instinto depredador se acentuó, las orejas picudas se replegaron, las garras se clavaron en una porción suficiente de suelo en la que poder asentar una buena base desde la que dar un gran salto de altura y sin dudarlo, la irrumpió como sólo podía hacerlo un lobo... Entre ellos unas miradas tan penetrantes que se podrían atravesarse el cerebro, el se quedó atónito observando tan delicado manjar, y por un momento, sus propensiones cambiaron implacablemente sobre ella que no podía evitar mirarle con el fuego más ardiente surgido desde el interior de sus pupilas...
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