Un Lunes del 2014...
Semanas de terror constante sobre el miedo de que alguien me contrate, si ya se que esto parece extraño pero trabajar dejó de ser algo sano. Todo paso sin esperarlo y al poco tiempo era de un modo obligado, el estado se puso al frente de las ocupaciones que debían tener los ciudadanos, y claro, pasamos a ser de Europa los esclavos, mano de obra cualificada para pagar las deudas astronómicas que pacientemente nos habían provocado. Es como haber sufrido una guerra sin bajas en la que incomprensiblemente nos han derrotado, y aquí me encuentro, mirando a la puerta esperando que llegue el bando ocupacional en busca mis servicios, puedo ir a Alemania seis meses sin poder pestañearme un grado, abandonar a mi familia como si me fuera a una mili de trabajo: barracones, rancho y barro, todo lo que siempre había soñado.
Llegó el momento en el que dejamos de pagar hipotecas y todo eran pisos okupados, al ser la mayoría en ese estado, cancelaron las deudas y las absorbieron quedando a cuenta ser sus lacayos, primero restringieron los suministros básicos como: agua. Gas, luz y finalmente comida, por lo que nos hicieron pasar por el aro, obligandonos a ver cuánto nos habían prestado y tratandonos de sus perros amaestrados como única opción para tragar con todo su tinglado.
Hoy Vivo en una Postguerra en la que unos datos ficticios condenan mis pecados, en el que un dinero que fabrican a su confort me tiene encadenado, y sigo sin entender demasiado pero tengo la impresión de que sabían muy bien hasta donde nos estaban llevando.
Zoca...ensayos...
Semanas de terror constante sobre el miedo de que alguien me contrate, si ya se que esto parece extraño pero trabajar dejó de ser algo sano. Todo paso sin esperarlo y al poco tiempo era de un modo obligado, el estado se puso al frente de las ocupaciones que debían tener los ciudadanos, y claro, pasamos a ser de Europa los esclavos, mano de obra cualificada para pagar las deudas astronómicas que pacientemente nos habían provocado. Es como haber sufrido una guerra sin bajas en la que incomprensiblemente nos han derrotado, y aquí me encuentro, mirando a la puerta esperando que llegue el bando ocupacional en busca mis servicios, puedo ir a Alemania seis meses sin poder pestañearme un grado, abandonar a mi familia como si me fuera a una mili de trabajo: barracones, rancho y barro, todo lo que siempre había soñado.
Llegó el momento en el que dejamos de pagar hipotecas y todo eran pisos okupados, al ser la mayoría en ese estado, cancelaron las deudas y las absorbieron quedando a cuenta ser sus lacayos, primero restringieron los suministros básicos como: agua. Gas, luz y finalmente comida, por lo que nos hicieron pasar por el aro, obligandonos a ver cuánto nos habían prestado y tratandonos de sus perros amaestrados como única opción para tragar con todo su tinglado.
Hoy Vivo en una Postguerra en la que unos datos ficticios condenan mis pecados, en el que un dinero que fabrican a su confort me tiene encadenado, y sigo sin entender demasiado pero tengo la impresión de que sabían muy bien hasta donde nos estaban llevando.
Zoca...ensayos...
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