viernes, 8 de agosto de 2014

míseros.

Negras golondrinas del sur,
¡Ir al norte!
Anidar los núcleos de Europa,
¡Y extenderse!
Los viejos continentes piden tregua,
Ahora... Ahora la tierra habla,
Y no acallará ante el llanto de sus hijos.
Que tiemblen las proles cobardes y necias,
Que broten y regurgiten entre tinieblas,
Que surjan nuevos ríos de líquida piedra,
Masticando el consumido futuro,
Que no tendrán sus descendencias.
La sangre se alambra terca e ignorante,
¡Que Todo sobreviva!
¡Que nada muera!
involucionar, venga a involucionar,
Hacernos tontos e ignorantes,
Pasto de las hiervas secas,
Ser más y más, y progresivamente inútiles,
Dependientes de la nube de memoria compartida,
Fácilmente manipulable y dirigida,
Confiate... Tú confía,
Habrá el día en que ser uno mismo sea cuestionable,
Como Pantallas entre espejos reflejando el vacío de nuestro cerebro.
Las negras golondrinas se despiertan como purga de humanidad,
Mientras nos contábamos un ilusorio cuento de impunidad,
Este ser llamado mundo se defiende de su enfermedad,
Quizás consiga recuperarse antes de que lo podamos matar.

Zoca... Míseros.







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